domingo, 6 de noviembre de 2011
Sal con una chica que no lee (Charles Warnke) / Sal con una chica que lee (Rosemarie Urquico)
Sal con una chica que no lee (Charles Warnke)
Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.
Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.
Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.
Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.
Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.
Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.
Sal con una chica que lee (Rosemarie Urquico)
Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.
Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.
Vía.
Vía.
domingo, 23 de octubre de 2011
La violación de Lucrecia
Aparece en el escenario manteniendo una conversación banal por el móvil. Son apenas 1 ó 2 minutos ... y es la única tregua que Núria Espert va a conceder al espectador.
Lo que viene luego se anuncia como un monólogo de 75 minutos, pero parece que llamar monólogo a esa intensidad teatral absoluta donde el escenario se colma de personajes (donde habla Shakespeare: y hablan Lucrecia, Tarquinio, Colatino, Bruto; y hablan el Azar, el Tiempo, la Culpa, el Amor, la Lealtad, la Furia, la Venganza, el Poder,...) es una concesión simplista al anclaje teórico.
Así que me resisto a definirlo de esa forma y tomo prestado el nombre del espacio de Marcos Ordóñez (autor de las memorias de Espert) en El País: Puro Teatro.
viernes, 21 de octubre de 2011
Leonard Cohen
Discurso de Leonard Cohen en el momento de recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. ¡Felicidades Maestro!
jueves, 13 de octubre de 2011
miércoles, 12 de octubre de 2011
Liberisliber
Con sólo un año de vida, Liberisliber vuelve a celebrarse y con más empuje que nunca. La feria casi doblará el número de participantes en relación al año pasado, como también aumentará el número de actividades. Según el director de la feria, Miquel-Àngel Codes Luna, “la respuesta de las pequeñas editoriales ha sido extraordinaria, como también lo ha sido su espíritu de colaboración para que la feria crezca”. Además, destaca muy especialmente “el aumento de la presencia de editoriales que publican en catalán” (cerca de una docena) y de aquellas “provenientes del País Valencià”.
Por lo tanto, este año se podrá encontrar –para poner algunos ejemplos de su diversidad- editoriales que publican interesantes ensayos y libros de historia (Los Libros del Lince, El Tangram, Revista Bostezo, Virus, L’Eixam, Base); cultura popular (Mèdol); literatura infantil, incluso en aranés (Camacuc, Takatuka, Kukudrulu, Casablanca); libros de artista (Edicionss 1010); música contemporánea (Quarentena); nueva narrativa (Tropo, Vitel•la, Sajalín, Alfabia, Nalvay, Montflorit, Denes, Alrevés, Ático de los Libros, Pepitas de Calabaza, Candaya) o poesía (Café Central, Amargord). Unas editoriales que coinciden en la voluntad de construir un catálogo heterodoxo y de calidad.
En cuanto a las actividades, también aumentan. Aparte de las presentaciones de libros, habrá un taller de cómics para los más jóvenes a cargo del ilustrador Kim Amate; una conferencia sobre el poeta Joan Maragall que pronunciará el escritor Lluís Solà; una mesa redonda sobre el guerrillero antifranquista Quico Sabaté; una sesión literaria y musical a cargo del escritor Sergio Galarza (una de las revelaciones literarias de este año); un recital polipoético a cargo del dúo Vinoamargo o un concierto de folk a cargo del grupo local Bonaflaira.
En resumen, toda una fiesta de la literatura que, según la organización, la hacen “porque hay libros para un lector y lectores hechos para un libro que merecen todas las oportunidades del mundo para encontrarse".
(texto extraído de www.liberisliber.com)
domingo, 9 de octubre de 2011
Palabras (según Virginia Woolf)
(...) Son la más salvaje, libre, la más irresponsable, la más inenseñable de todas las cosas. Por supuesto, puedes atraparlas y distribuirlas y colocarlas en orden alfabético en los diccionarios. Pero las palabras no viven en diccionarios. Viven en la mente.
(...) Son altamente sensibles, y fácilmente se incomodan y apenan. No les gusta que se discuta su pureza o impureza. Son muy democráticas, también. Piensan que una palabra es tan buena como la otra, y las palabras mal educadas tan buenas como las educadas, y las incultas tan buenas como las cultas: no hay rangos ni títulos en su sociedad. Tampoco les gusta ser examinadas por separado. Se pasean juntas, en enunciados, en párrafos - a veces en páginas enteras a la vez.
Odian ser útiles, odian hacer dinero, odian que se les den lecciones en público. En pocas palabras, odian cualquier cosa que les estampe un significado o las confine a una actitud, pues su naturaleza es cambiar."
domingo, 2 de octubre de 2011
Frases y fragmentos ... (LXV)
"El poeta es exacto. La poesía es exactitud. Desde Baudelaire se ha ido comprendiendo poco a poco que la poesía era uno de los medios más insolentes de decir la verdad. No existe un arma de más precisión, y para poder defenderse, por una defensa instintiva, por una angustia de la exactitud y de los enfoques reveladores, la gente se obstina en confundir la poesía con la mentira y la agudeza con la paradoja."
Retratos para un recuerdo. Jean Cocteau.
"Vivir: especializarse en el error. Burlarse de las verdades indubitadas, no hacer caso de lo absoluto, tomar a broma a la muerte y transformar lo infinito en azar. Sólo se puede respirar en lo más hondo de la ilusión. El mero hecho de ser es tan grave que, comparado con él, Dios es pura bagatela."
Breviario de los vencidos. E.M.Cioran.
"Los hombres no saben ser inútiles. Ellos tienen caminos que seguir, puntos que alcanzar, necesidades que realizar. ¡No saborean la imperfección, cuando el “sentido” de la vida es el éxtasis de esa imperfección! Pero ¿cómo revelarles la simplicidad de ese misterio, cómo seducirlos en el resplandor de un misterio y embriagarlos con tan sencilla fascinación?"
Breviario de los vencidos. E.M.Cioran.
"He buscado las quietudes del alma en los paisajes, en las sonrisas, en las ideas. Pero ella, errabunda, no les servía de compañía, sino que revoloteaba por las cimas del mundo. ¿Cuándo descenderá su efervescencia hasta los aledaños de los no-seres cotidianos? Ojalá tuviera otra alma. ¡Un alma más terrenal!"
Breviario de los vencidos. E.M.Cioran.
lunes, 19 de septiembre de 2011
Frases y fragmentos ... (LXIV)
"Dios suena como una respuesta, y eso es lo más nocivo de esa palabra: que se use tan a menudo como una respuesta. Él tendría que ponerse un nombre que sonase a pregunta."
Rituales. Cees Nooteboom.
"De todos los hombres que uno es, alguno duerme y los demás velan. Cuantos menos hombres se es, más y mejor se duerme."
Rituales. Cees Nooteboom.
"Pero la gente no profundiza en su vida. Primero adolescentes, luego adultos, finalmente ancianos, viven en una suerte de inconsciencia o de resignación inconsciente. Se defienden como pueden y cuanto pueden contra ellos mismos. Pero si profundizaran en sus sentimientos, cada uno viviría la angustia y el miedo de millones de seres humanos. Esta angustia está en cada uno de nosotros, lo cual me parece una crueldad cierta de la divinidad: cada uno es a la vez único y todo el mundo, cada uno es lo universal. Con lo fácil que habría sido que la angustia y la desesperación y el pánico hubiesen sido repartidos a partes iguales entre todos los miles de millones de seres humanos. Entonces nuestra angustia habría quedado enormemente reducida. Pero no es así: cada cual arrastra en su muerte al universo entero que se hunde."
El solitario. Eugène Ionesco.
"Apreciada señora Lessep:
Muchas gracias por permitirnos leer de nuevo “Los zapatitos de muérdago”. Tras detenido análisis, hemos llegado a la conclusión de que la mencionada obra sigue sin responder a nuestras expectativas. Lamento que la frase “en este momento no responde a nuestras expectativas” la haya llevado a usted a creer que debía presentarla de nuevo. En el mundo editorial, “en este momento” quiere decir “nunca”.
A Whittaker
Director de Soap"
El lamento del perezoso. Sam Savage.
sábado, 17 de septiembre de 2011
De querer a no querer
domingo, 11 de septiembre de 2011
Retratos de la Belle Époque
Retratos de la Belle Époque. En CaixaForum-Barcelona hasta el 9 de octubre.
sábado, 10 de septiembre de 2011
Micah P. Hinson
martes, 6 de septiembre de 2011
Miquel Martí i Pol y la construcción del poema
16-VIII-87
domingo, 4 de septiembre de 2011
Alejandra Pizarnik
sábado, 28 de mayo de 2011
sábado, 21 de mayo de 2011
Cuando acontece
Cuando acontece, se presenta como una redistribución de la sensibilidad, y lo que estaba oculto aparece y nuevas formas se dibujan en un espacio público en el que los mismos significados comienzan a transformarse al reorganizarse lo visible. Democracia es una silla vacía que nadie puede ocupar y que debe estar presente en todo acto y en todo espacio. La silla que sólo el pueblo puede ocupar sin que nadie pueda hacerlo en su nombre. "Pueblo" nombra lo innombrable, lo que no está pero ocasionalmente aparece. Cuando las cosas van mal, cuando se ha producido una irreversible desafección, cuando la ira se extiende y entonces se ocupan las plazas y algunos, muchos, muchísimos, sin saber por qué lo han hecho, sin tácticas ni estrategias, gritan: "¡nosotros estamos aquí!". Entonces tendrían derecho a decir " nosotros, el pueblo", pero son lo suficientemente sabios para no hacerlo. Porque saben mejor que nadie guardar la silla vacía. Y es entonces cuando la silla se hace presente en su poder convocador, en su fuerza instituyente.
Cuando acontece, ocurre con un impulso creativo que se vuelve palabra e imagen, autoorganización, sentido de lo colectivo y generosidad. El lenguaje vuelve a ser espacio de expresión y la imagen enseñanza de lo que hay. Los espacios públicos se llenan de personas que ejercen su capacidad agente y que se dotan a sí mismas de una voz que le había sido negada. No de masas, sino de multitudes creadoras.
Cuando acontece, la ira se transforma en lazos de complicidad y los cuerpos dejan de ser máscaras para sentirse compañía, apoyo mutuo. La calle deja de ser el exterior y se vuelve habitación, taller, escuela, acampada, asamblea, fiesta.
Cuando acontece, el orgullo del poderoso se vuelve oscuro pálpito y por todas partes se producen histerias y sobrerreacciones porque en la redistribución de lo visible se han hecho presentes formas, gentes, fuerzas, que aparecen ante él como fantasmas de un pasado que creía enterrado en ignotas fosas.
Cuando acontece, ocurre como ocurre lo nuevo y muchos sienten la tentación de ponerse al frente, de ordenar y organizar, dar programas, órdenes, pensamientos, arquitecturas. Pero lo que es nuevo y está naciendo encontrará sus propios cauces, se hará historia, narración, gesta, creará sus propios sentidos, dará nombres a una generación, se alzará con un orden propio y no ajeno. Lo que acontece no necesita vanguardias ni intelectuales ni líderes. Necesita permanecer como impulso.
Cuando acontece, todo cambia. No importa que la multitud se disuelva; no importa que se acabe el tiempo de la manifestación; no importa que se impongan las realidades de la realidad. Todo cambia: con la redistribución de lo sensible se ha producido una redistribución del sentido. Podremos decir, diremos, "yo estuve allí". y también nuestras vidas habrán cambiado.
domingo, 8 de mayo de 2011
Frases y fragmentos ... (LXIII)
"¿Saben lo que realmente desea el hombre? -inquirió el doctor, esbozando una sonrisa burlona ante el rostro inmovil del barón-. Una de dos: encontrar a alguien que sea tan estúpido como para poder mentirle, o amar hasta el punto de que el objeto de su amor pueda mentirle a él."
El bosque de la noche. Djuna Barnes.
"La radio fue el pequeño arroyo en el que todo empezó. Llegaron después otros medios técnicos para reproducir, multiplicar, aumentar el sonido, y el arroyo se convirtió en un inmenso río. Si antaño se escuchaba música por amor a la música, hoy aúlla constantemente por todas partes 'sin preguntarse si queremos escucharla', aúlla por los altavoces en los coches, en los restaurantes, en los ascensores, en las calles, en las salas de espera, en los gimnasios, en las orejas taponadas por los walkman, música reescrita, reinstrumentada, acortada, desgajada, fragmentos de rock, de jazz, de ópera, flujo en que todo se entremezcla sin que se sepa quién es el compositor (la música convertida en ruido es anónima), sin que se distinga el principio del fin (la música convertida en ruido no sabe de formas): el agua sucia de la música en la que muere la música."
La ignorancia. Milan Kundera.
"- ¿Qué quieres de ese hombre? - preguntó de repente la nodriza.
- La verdad – respondió el general.
- Conoces muy bien la verdad.
- No la conozco – dijo él, en voz alta, sin preocuparse por el servicio, que había interrumpido abajo la colocación de las flores y miraba hacia arriba. Volvieron a bajar la mirada inmediatamente, con un gesto mecánico, y continuaron con sus quehaceres -. La verdad es precisamente lo que no conozco.
- Pero conoces la realidad – observó la nodriza, con un tono agudo, casi agresivo.
- La realidad no es lo mismo que la verdad -respondió el general-. La realidad son sólo detalles."
El último encuentro. Sándor Márai.
"Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes. No importa lo que diga, no importa con qué palabras y con qué argumentos trate de defenderse. Al final, al final de todo, uno responde a todas las preguntas con los hechos de su vida: a las preguntas que el mundo le ha hecho una y otra vez. Las preguntas son estas: ¿Quién eres? … ¿Qué has querido de verdad? … ¿Qué has sabido de verdad? … ¿A qué has sido fiel o infiel? … ¿Con qué y con quién te has comportado con valentía o con cobardía? … Éstas son las preguntas. Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo: eso no importa. Lo que sí importa es que uno al final responde con su vida entera."
El último encuentro. Sándor Márai.
domingo, 24 de abril de 2011
Sándor Márai

"Incluso con mi último suspiro agradezco al destino que haya podido ser un hombre y, también, que en mi alma tenebrosa se haya encendido una chispa de inteligencia. He visto la tierra, el cielo y las estaciones. He conocido el amor, los fragmentos de la realidad, los deseos y los desengaños. He vivido en la Tierra y, poco a poco, me he serenado. Un día me moriré, y esto es prodigiosamente natural y sencillo. ¿Habría podido sucederme alguna otra cosa mejor y más sencilla? No, he vivido tanto como he podido y he vivido lo mejor de todo: el destino del hombre. Otra cosa mejor que esta no me habría podido pasar." (Herbario, 1943)
"Cualquier éxito despierta sospechas. ¿Qué hago yo del elogio que me hace mi cartero? No se puede conquistar el mundo, sólo se le puede convencer. El conquistador, aquel al cual el mundo abraza contra su pecho, siempre renuncia a él mismo; el que convence, somete a algo o a alguien, a una persona o a algún tipo de necedad. Yo voy buscando por la vida este otra éxito, que sólo puede ser personal: quiero convencer alguna otra alma. Y esto es lo máximo." (Cielo y tierra, 1942)
sábado, 26 de marzo de 2011
Arte funerario: El beso de la muerte. Cementerio del Poblenou (Barcelona)
coronado por una escultura impactante (El bes de la mort. Taller de J. Barba. 1930):

sábado, 19 de marzo de 2011
Frases y fragmentos ... (LXII)
De qué hablo cuando hablo de correr. Haruki Murakami.
"En mi caso, la mayoría de lo que sé sobre la escritura lo he ido aprendiendo corriendo por la calle cada mañana. De un modo natural, físico y práctico. ¿En qué medida y hasta dónde debo forzarme? ¿Cuánto descanso está justificado y cuánto es excesivo? ¿Hasta dónde llega la adecuada coherencia y a partir de dónde empieza la mezquindad? ¿Cuánto debo fijarme en el paisaje exterior y cuánto concentrarme profundamente en mi interior? ¿Hasta qué punto debo creer firmemente en mi capacidad y hasta qué punto debo dudar de ella?"
De qué hablo cuando hablo de correr. Haruki Murakami.
"Para tratar cosas insanas, las personas tienen que estar lo más sanas posible. Ésa es mi teoría. Lo que es tanto como decir que los espíritus insanos necesitan también, por su parte, cuerpos sanos."
De qué hablo cuando hablo de correr. Haruki Murakami.
"Saber -es decir, tener conocimiento- es comprender instintivamente la relación entre lo que uno sabe y lo que hace. Ahí parece estar una de nuestras máximas dificultades."
La civilización inconsciente. John Ralston Saul.
sábado, 12 de marzo de 2011
Maya Angelou

"People will forget what you said, people will forget what you did, but people will never forget how you made them feel."
domingo, 27 de febrero de 2011
La montaña
No fue al venir a vivir aquí, fue a partir de la primera visita que hicimos a la montaña cuando empezó su cambio. Disfrutamos muchísimo aquel día, solos entre robles melojos de espesas copas que nos protegían de un sol radiante. Corrimos y nos quisimos entre altos matorrales sobrevolados por vencejos. Vimos zorros, comadrejas, una enorme cabra montés …
Por ella hubiéramos vuelto al día siguiente. Conseguí convencerla de que no tenía sentido hacer diariamente el trayecto hasta la falda de la montaña. Estuvo toda la semana inquieta, parecía que los días no terminaban nunca para ella, en su cabeza no había otra cosa más que la montaña y volver a ella cuanto antes.
En la segunda ocasión que la visitamos ya era evidente el distanciamiento …
Volvimos a visitarla todos los sábados y domingos, más tarde incluso entre semana, dormimos allí varias veces; en alguna ocasión se fue ella sola al ser yo incapaz de mantener el ritmo de las visitas.
Su rostro cambiaba. A medida que su vida parecía iluminarse, intensificarse, la mía se oscurecía y caía en un vacío difícil de explicar.
Ella no iba a visitar la montaña, iba a entregarse a ella. Su Yo ya pertenecía a aquella montaña aparentemente vulgar. Cualquier intento por mi parte de acercarme, de reencontrarla, de encarar su sinrazón, terminaba en cuanto me devolvía una mirada abierta, luminosa, radiante … pero absolutamente distante y desconocida.
Traté de informarme, buscar a expertos conocedores de la mente humana para intentar descubrir qué le había sucedido. Alguno me habló de topofilia, o topolatría, no recuerdo … ¿qué importa? No me ha servido de nada etiquetarlo.
Esta noche me despertó de madrugada, excitada como nunca la había visto hasta ahora y … ¿cómo explicarlo? ella me poseyó a mí. (su risa, su carcajada casi animal). Me he sentido un juguete, un símbolo que ella necesitaba para no explotar … pero no me vio, no me sintió realmente en ningún momento… ha sido algo … inhumano … y maravilloso al mismo tiempo. Lo he disfrutado tanto como me ha asustado.
Ya no sueño con recuperarla para mí, no creo que eso sea ya posible … sólo pretendo recuperarla para la sociedad, para su gente, su trabajo, su vida ‘humana’.
A veces siento deseos de huir, de dejarla aquí junto a su montaña, feliz. Tengo miedo, pánico , pero tengo que arrostrar la situación. Lo haré esta noche. Siento que ha de ser por la noche cuando lo haga. Esta noche iré a la montaña y negociaré.
sábado, 19 de febrero de 2011
domingo, 30 de enero de 2011
Piso 31
Levanté la vista de mi escritorio y busqué la ventana, como hacía a menudo, dando una tregua a mis ojos ya agotados tras completar una tarde de arduo trabajo. Me hubiera gustado poder lanzar mi mirada lejos, al horizonte, para facilitar su descanso, pero trabajo en unas torres que llaman gemelas aunque sería más correcto llamar siamesas por su cercanía; las habitaciones del hotel de la torre A, apenas unos metros más allá son el único consuelo visual que me queda.
Inicialmente atribuí al agotamiento lo que vi ...unos segundos más tarde, tras levantarme para acercarme a la ventana y aclararme los ojos lo confirmé: un hombre joven se había subido sobre la barandilla del balcón y, pensativo, miraba hacia la calle, lejana y ruidosa a 31 pisos de distancia. Mi primera reacción fue la de abrir la ventana y gritarle para atraer su atención, pero me detuve apenas un instante antes de hacerlo.
Todavía hoy sigo pensando a menudo en mi reacción, en mi no-reacción, en el curso que tomaron mis pensamientos ante una situación tan inusual, ante una imagen tan horrible. Al, como he dicho, primer impulso de salir a la ventana para gritarle, para llamar su atención, le siguió una pregunta, una duda que me atacó: ¿gritarle qué? ¿llamar su atención para qué? Aquel chico parecía dispuesto a lanzarse al vacío y no hay duda de que no se hubiera llevado a una situación límite como aquella sin haberla reflexionado, quizás buscó ayuda en su gente más cercana, ayuda profesional, ¿quién sabe? … no me pareció correcto interrumpir su momento, el momento culminante de una vida a la que se disponía a poner fin … yo no podía aparecer de repente, desde la ventana de enfrente gritándole: '¡No, no lo hagas!...¡eh, chico! ¡espera! ¡no lo hagas!' ..esas iban a ser las últimas palabras que iba a escuchar en su vida: 'No, no lo hagas': una orden, un imperativo de un desconocido. Si hubiera hecho caso a mi impulso hubiera tenido un lugar relevante en su biografía: las últimas palabras que iba a escuchar ... ¿con qué derecho? No, no podía hacerlo.
Fueron apenas unos segundos. Interminables. Hasta que le vi dar el paso definitivo. Mi mirada quedó fija en el balcón, ya vacío, incapaz de dirigir la mirada hacia la calle...
No, no le grité nada, no llamé su atención, pero él, segundos antes de lanzarse al vacío levantó la mirada y me vio. Se quedó mirandome fijamente unos segundos …
creo .. ahora no sé que pasó realmente, si me lo he inventado para no sentir la culpa por mi silencio, pero … sí, es como si pudiera verlo ahora mismo … su mirada fija en la mía … un par de segundos ...y su sonrisa antes de lanzarse … sí, puedo verla ahora mismo con claridad, creo que me 'leyó', entendió el porqué de mi posición estática y silenciosa ... sí, era una sonrisa de gratitud, estoy convencido que lo entendió y que antes de terminar con su vida agradeció con una sonrisa mi respeto hacia su decisión.
He tenido que esperar quince días para conseguir esta habitación, cada día he venido a preguntar si estaba disponible. Piso 31, con salida a la calle … sí,tenía que ser el piso 31 y no, no podía ser interior. Cerca ha estado de derrumbarse mi plan. La chica de recepción empezó a sospechar algo cuando le rechazaba una vez tras otra cualquier otra habitación que no estuviera en el piso 31... 'Tenemos una libre en el 30 y dos en la 32' … 'No, no me sirven', le decía … primero sonreía con simpatía, algo 'pillina' por decirlo de alguna manera; más tarde su sonrisa se forzó, mal disimulando un cierto temor ante una persona tan obsesionada por esa habitación. Era obvio que aquella fijación por el piso 31 sólo podía venir de alguien con algún tipo de trastorno ... pero no, sé que nunca ha sospechado cuál era realmente mi intención; le di a entender más o menos sutilmente que se trataba de una especie de juego con mi pareja, que era un número especial para nosotros y que quería sorprenderla con una noche de hotel en un piso 31 ...creo que nunca ha llegado a sospechar siquiera que el motivo real es una necesidad que yo llamo 'poética' … para culminar un suicidio.
Cuando la chica me ha dado la llave y me ha dicho sonriendo: '¡Por fin!', no he podido evitar una risa demasiado estridente que esta vez sí ha transformado su sonrisa en un gesto de temor.'¡Por fin!, sí', le he dicho '¡Por fin!, ¡vaya!, no se puede expresar mejor'.
31 años … piso 31 .. esta caída será un borrado, una limpieza de 31 años de vacío .. con eso, con una caída al vacío .. para llegar al suelo, año cero, con todo eliminado durante el proceso ... más despacio lo reciente, a gran velocidad lo más lejano en el tiempo … para morir sin dejar rastro, porque no hay ningún rastro que quiera dejar. Sí, tengo alma de poeta, y no puedo irme de una forma vulgar, aunque de hecho nadie vaya a saber interpretar el porqué ... pero yo sí, es mi pequeña obra de arte que dejo para nadie … una especie de suicidio dadaísta.
Levanto la mirada antes de dar el último paso y veo a un tipo mirándome fijamente desde el edificio de oficinas frente al hotel. El estrecho balcón en el que estoy y su ventana están tan cerca que puedo fijarme en su gesto, en su mesa llena de papeles, en su ordenador; veo una estantería llena de enciclopedias y de libros que supongo de Derecho o quizás de Medicina, veo una gabardina en una percha junto a un paraguas, veo un calendario en la pared que señala el 30 de enero en caracteres quizás demasiado grandes … 30 de enero … ¡30 de enero! … ¡ese es el día de mi cumpleaños! ... ¡no puedo creerlo!, todos estos días esperando para conseguir la habitación en este piso y no me he parado a pensar ni un sólo momento que hoy es el día de mi cumpleaños, que hoy tengo ya 32 años. Todo mi montaje se convierte en ridículo. La vida me ha guardado esta última broma, parece que quiera reirse de mí, como de alguna forma lo ha hecho siempre …
No puedo evitar sonreir ante lo absurdo de la situación … sí, lo mejor es sonreir antes de dar el último paso.
martes, 18 de enero de 2011
Misterio

domingo, 16 de enero de 2011
Encuentro

