domingo, 30 de enero de 2011

Piso 31

Levanté la vista de mi escritorio y busqué la ventana, como hacía a menudo, dando una tregua a mis ojos ya agotados tras completar una tarde de arduo trabajo. Me hubiera gustado poder lanzar mi mirada lejos, al horizonte, para facilitar su descanso, pero trabajo en unas torres que llaman gemelas aunque sería más correcto llamar siamesas por su cercanía; las habitaciones del hotel de la torre A, apenas unos metros más allá son el único consuelo visual que me queda.

Inicialmente atribuí al agotamiento lo que vi ...unos segundos más tarde, tras levantarme para acercarme a la ventana y aclararme los ojos lo confirmé: un hombre joven se había subido sobre la barandilla del balcón y, pensativo, miraba hacia la calle, lejana y ruidosa a 31 pisos de distancia. Mi primera reacción fue la de abrir la ventana y gritarle para atraer su atención, pero me detuve apenas un instante antes de hacerlo.

Todavía hoy sigo pensando a menudo en mi reacción, en mi no-reacción, en el curso que tomaron mis pensamientos ante una situación tan inusual, ante una imagen tan horrible. Al, como he dicho, primer impulso de salir a la ventana para gritarle, para llamar su atención, le siguió una pregunta, una duda que me atacó: ¿gritarle qué? ¿llamar su atención para qué? Aquel chico parecía dispuesto a lanzarse al vacío y no hay duda de que no se hubiera llevado a una situación límite como aquella sin haberla reflexionado, quizás buscó ayuda en su gente más cercana, ayuda profesional, ¿quién sabe? … no me pareció correcto interrumpir su momento, el momento culminante de una vida a la que se disponía a poner fin … yo no podía aparecer de repente, desde la ventana de enfrente gritándole: '¡No, no lo hagas!...¡eh, chico! ¡espera! ¡no lo hagas!' ..esas iban a ser las últimas palabras que iba a escuchar en su vida: 'No, no lo hagas': una orden, un imperativo de un desconocido. Si hubiera hecho caso a mi impulso hubiera tenido un lugar relevante en su biografía: las últimas palabras que iba a escuchar ... ¿con qué derecho? No, no podía hacerlo.

Fueron apenas unos segundos. Interminables. Hasta que le vi dar el paso definitivo. Mi mirada quedó fija en el balcón, ya vacío, incapaz de dirigir la mirada hacia la calle...

No, no le grité nada, no llamé su atención, pero él, segundos antes de lanzarse al vacío levantó la mirada y me vio. Se quedó mirandome fijamente unos segundos …

creo .. ahora no sé que pasó realmente, si me lo he inventado para no sentir la culpa por mi silencio, pero … sí, es como si pudiera verlo ahora mismo … su mirada fija en la mía … un par de segundos ...y su sonrisa antes de lanzarse … sí, puedo verla ahora mismo con claridad, creo que me 'leyó', entendió el porqué de mi posición estática y silenciosa ... sí, era una sonrisa de gratitud, estoy convencido que lo entendió y que antes de terminar con su vida agradeció con una sonrisa mi respeto hacia su decisión.


He tenido que esperar quince días para conseguir esta habitación, cada día he venido a preguntar si estaba disponible. Piso 31, con salida a la calle … sí,tenía que ser el piso 31 y no, no podía ser interior. Cerca ha estado de derrumbarse mi plan. La chica de recepción empezó a sospechar algo cuando le rechazaba una vez tras otra cualquier otra habitación que no estuviera en el piso 31... 'Tenemos una libre en el 30 y dos en la 32' … 'No, no me sirven', le decía … primero sonreía con simpatía, algo 'pillina' por decirlo de alguna manera; más tarde su sonrisa se forzó, mal disimulando un cierto temor ante una persona tan obsesionada por esa habitación. Era obvio que aquella fijación por el piso 31 sólo podía venir de alguien con algún tipo de trastorno ... pero no, sé que nunca ha sospechado cuál era realmente mi intención; le di a entender más o menos sutilmente que se trataba de una especie de juego con mi pareja, que era un número especial para nosotros y que quería sorprenderla con una noche de hotel en un piso 31 ...creo que nunca ha llegado a sospechar siquiera que el motivo real es una necesidad que yo llamo 'poética' … para culminar un suicidio.

Cuando la chica me ha dado la llave y me ha dicho sonriendo: '¡Por fin!', no he podido evitar una risa demasiado estridente que esta vez sí ha transformado su sonrisa en un gesto de temor.'¡Por fin!, sí', le he dicho '¡Por fin!, ¡vaya!, no se puede expresar mejor'.

31 años … piso 31 .. esta caída será un borrado, una limpieza de 31 años de vacío .. con eso, con una caída al vacío .. para llegar al suelo, año cero, con todo eliminado durante el proceso ... más despacio lo reciente, a gran velocidad lo más lejano en el tiempo … para morir sin dejar rastro, porque no hay ningún rastro que quiera dejar. Sí, tengo alma de poeta, y no puedo irme de una forma vulgar, aunque de hecho nadie vaya a saber interpretar el porqué ... pero yo sí, es mi pequeña obra de arte que dejo para nadie … una especie de suicidio dadaísta.

Levanto la mirada antes de dar el último paso y veo a un tipo mirándome fijamente desde el edificio de oficinas frente al hotel. El estrecho balcón en el que estoy y su ventana están tan cerca que puedo fijarme en su gesto, en su mesa llena de papeles, en su ordenador; veo una estantería llena de enciclopedias y de libros que supongo de Derecho o quizás de Medicina, veo una gabardina en una percha junto a un paraguas, veo un calendario en la pared que señala el 30 de enero en caracteres quizás demasiado grandes … 30 de enero … ¡30 de enero! … ¡ese es el día de mi cumpleaños! ... ¡no puedo creerlo!, todos estos días esperando para conseguir la habitación en este piso y no me he parado a pensar ni un sólo momento que hoy es el día de mi cumpleaños, que hoy tengo ya 32 años. Todo mi montaje se convierte en ridículo. La vida me ha guardado esta última broma, parece que quiera reirse de mí, como de alguna forma lo ha hecho siempre …

No puedo evitar sonreir ante lo absurdo de la situación … sí, lo mejor es sonreir antes de dar el último paso.

2 comentarios:

Madame X dijo...

Un juego de espejos maravillosamente ideado para dejarnos una punzada amarga de sonrisa estática.

Ya echaba en falta un relato tuyo.

Un beso.

Camila dijo...

Hola! Muy buena la entrada, muy interesante. Por suerte la vista en el hotel en buenos aires en el que trabajo es bastante amplia. Saludos