
"El armamento de nuestros ejércitos aparece en todas sus variedades, porque un delantero fusila al portero, o suelta un cañonazo, o de su bota sale un obús, o lanza un chupinazo, o como Roberto Carlos en aquel Francia-Brasil, dirige a la portería "un misil inteligente" ... en cualquier caso, se dispara a puerta, se logra un tiro certero y se afina la puntería para el siguiente, el equipo plantea la táctica con dos extremos como dos puñales, y tal vez un hombre como punta de lanza, y antes del partido las espadas estarán en todo lo alto …y los equipos buscarán un jugador-ballesta (expresión más usada en los años cincuenta) o un medio centro que catapulte al equipo y una delantera agresiva. Y también un delantero con instinto asesino, que pueda ser el verdugo del máximo rival. Las figuras de los dos equipos en pugna mantendrán a su vez un duelo particular, que tal vez decida el enfrentamiento.
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El entrenador arenga a los jugadores como el general a los soldados, y además extiende su mando a través del capitán del equipo. Y cuando las tropas están cansadas, acude a los hombres de refresco que supongan un revulsivo.
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El delantero centro es el ariete, tal vez logre dar dos letales zarpazos, intentará el pase de la muerte, necesita tener pegada, o al menos efectos intimidatorios, entrará en el área enemiga porque es un hombre rompedor … un artillero. (…)
El resultado campeará en el marcador, el ataque pondrá cerco a la portería contraria, el equipo de casa juega en su feudo, se ha armado bien en defensa …

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Los locutores ponen énfasis en las palabras que denotan agresividad, violencia fonética, sílabas explosivas, las fricativas sonoras. Por eso las expresiones típicamente futbolísticas están llenas de erres, esas consonantes feroces que ya estudiamos en sus efectos poéticos y políticos:

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Los vocablos que forma parte de esa fascinación contribuyen a modificar la manera de percibir la realidad, pero también la manera de pensar. Si razonamos con esas palabras, razonamos de manera diferente a como lo haríamos con otras. Conocer este mecanismo y desentrañar sus trampas equivale a prevenir sus males. El hecho de que nos parezcan insospechados no hacen sino avalar la tesis. "
La seducción de las palabras; Álex Grijelmo