Así resume Sergi Puertas (Barcelona, 1971) su novela Mindundi.
Si a alguien no le parece suficiente este resumen, quizás el título de los capítulos acabe por aclararle el tema de la novela:
El despertar nº 12.248
La jornada laboral nº 2.919
El trayecto en avión nº 16
La juerga nº 1.514
La resaca nº 1.399
La juerga nº 1.517
El doblegamiento gusanil nº 1.455
La ingestión de alimentos nº 36.871
La entrevista de trabajo nº 49
En este capítulo tampoco sucede nada positivo
La juerga nº 1.518
El polvo nº 814
La función de teatro nº 6
La jornada laboral nº 2.919
El trayecto en avión nº 16
La juerga nº 1.514
La resaca nº 1.399
La juerga nº 1.517
El doblegamiento gusanil nº 1.455
La ingestión de alimentos nº 36.871
La entrevista de trabajo nº 49
En este capítulo tampoco sucede nada positivo
La juerga nº 1.518
El polvo nº 814
La función de teatro nº 6
Esa repetición es la que lleva al protagonista, de 30 años, a un tedio casi insoportable: harto de su piso que se ve obligado a compartir con su madre ("En casa no hay nada cocinándose, de modo que reina el olor por defecto: a vejez."), harto de su ciudad ("Los coches y las fachadas, las bicicletas y los turistas, la puta Rambla de mierda y Colón ahí en lo alto señalando con el dedo. ¿De verdad no has visto nada por ahí que te haga más gracia? ¿El barrio del Raval es el mejor de los mundos imaginables o qué?"), y de su vida nocturna ("El anuncio de consumición incluida no miente: no hace un cuarto de hora que hemos entrado y me estoy consumiendo ya."), harto de compañías insustanciales ("Una vez más, me pregunto qué pintamos aquí, qué hacemos nosotros jugando al Mentiroso con dos maricas y una niñata. Si los adolescentes de instituto que fuimos pudieran echar una mirada furtiva al futuro y vernos – verse- de esta guisa, se echarían a temblar y sufrirían pesadillas que se repetirían hasta bien entrada la madurez."), de trabajos insufribles,….
Queda a criterio del lector discernir si el mindundi es realmente el protagonista o bien lo son todos aquellos que le rodean (su madre, sus compañeros de trabajo, sus ex amigos del instituto, su expareja,…) ... o bien si, en el fondo, no hay nadie que no lo sea.
Muy recomendable.
La palabra mindundi no sale en el diccionario; se supone que un mindundi es un mediocre. Mediocre sí sale en el diccionario, con dos acepciones. La primera: De calidad media. La segunda: De poco mérito tirando a malo.
La etimología de la palabra mediocre según el poeta mexicano Gabriel Zaid se explicaría así :
"En latín, mediocris describía una posición de mediana altura, en un monte o elevación física. La raíz indoeuropea de ocris es ak: cima, pico. El uso se extendió a toda posición que no llega al extremo: mediocre malum (enfermedad no grave), mediocris animus (espíritu moderado), mediocris vir (hombre de clase media)".
Una vez más se demuestra la importancia de las palabras, de sus significados, de sus significantes y de sus orígenes. Lo mediocre es lo normal, lo medio, lo vulgar. La mediocridad no es, ni más ni menos, que la normalidad.
En el lenguaje cotidiano, lo mediocre tiene una carga despectiva enorme.
Eso es lo que, con el lenguaje, hemos acabado por reconocer: que lo normal es "de poco mérito tirando a malo".
4 comentarios:
Pasaba por acá, un saludo!
Suena muy sugerente. Diría que lo somos un poco todos, aunque evidentemente no optamos por la opción de "pegarnos un tiro".
En la FNAC se encuentra?
seguramente en la Fnac lo tengan .. yo lo compré en La Central de calle Mallorca
Mediocre y normal. Dos calificativos que amamos y odiamos a la vez.
No cabe duda. Voy a comprar el libro.
Gracias
http://elotroexito.blogspot.com/
Publicar un comentario