jueves, 29 de septiembre de 2005

Sergi Puertas

Los grandes descubrimientos se hacen holgazaneando, al menos eso dicen algunas leyendas como la de la famosa manzana, aquella que llevaba escrito lo de g=(GM)/(R+h)²
y que le cayera a Isaac Newton en la cabeza mientras estaba tumbado bajo un árbol (se supone un manzano, claro); o aquella otra leyenda china sobre el descubrimiento de la seda: un día del año 2640 a.C., la princesa Si Ling Chi estaba sentada a la sombra de una morera cuando en la taza de té le cayó un capullo de gusano de seda. Al intentar sacarlo, observó que el capullo empezaba a desenredarse en el líquido caliente. Dio el extremo suelto a su doncella y le dijo que echara a andar. La sirvienta llegó al jardín de palacio, cruzó las puertas, salió de la Ciudad Prohibida y se adentró un kilómetro en la campiña antes de que se acabara el hilo del capullo.
Y como eso de holgazanear se me da muy bien últimamente yo también he tenido algunos descubrimientos. El último Sergi Puertas (Barcelona, 1971) , literatura canalla, pesimista, brillante. Sus poesías se pueden descargar gratuitamente por Internet y próximamente se publicarán dos de sus novelas (Mindundi y Subnormal).



Sus favoritos: Charles Bukowski, Franz Kafka, Fernando Pessoa, Thomas Bernhard, William Burroughs, Michael Gira, Fedor Dostoyevsi, Raymond Carver, Fernando Vallejo, Hunter Thompson, Anton Chejov, Chuck Palahniuk, Irvine Welsh, Ferdinand Celine, …

ASÍ FUNCIONA


Si supieras
lo que pasa por mi cabeza, me amarías.
Si lo dijera, huirías.
Como lo callo, me ignoras.

ESPEJO


Es aquella persona a la que ves
todas las mañanas mientras te afeitas
a la que más tienes que amar.


Pues imposible es la
ruptura con ella.


24 horas al día.
365 días al año.
Siempre está
ahí.


Es a ella a quien más tienes que amar.

Mis nudillos sangran hoy
frente al espejo roto.


SIN LA CABEZA


Papá ordenaba y nosotros obedecíamos
y para que no hubiera confusión primero asentíamos
con la cabeza
sí sí.


También cuando el maestro mandaba deberes
mostrábamos conformidad agitando el craneo: decíamos
con la cabeza
sí sí sí.


Fuimos cazadores de aburrimiento
y acertamos a todas las presas
al tiempo que íbamos asintiendo
con la cabeza
y diciendo a todos y a todo
sí sí sí que sí.

Al jefe en cambio le dijimos: no
y a nuestra pareja le dimos la patada en el culo.
Tiramos el dinero pero todos los muertos son pobres.
Más tarde entramos en un supermercado a por cerveza
leímos una etiqueta
y comprendimos que hasta la fecha
habíamos estado usando la cabeza
como un brik de zumo de naranja:
Agítese antes de usar.

miércoles, 28 de septiembre de 2005

Tengo que decir adiós ...

Aquel secreto, aquel recuerdo, lo martirizaba día y noche. Su cuerpo se movía ajeno a su mente, como si nada hubiera sucedido: se levantaba por las mañanas, iba a trabajar, comía, cenaba, incluso leía un cuento a su hija cada noche al acostarla; pero su mente, sus pensamientos no hacían otra cosa que mostrarle constantemente las imágenes, los sonidos y hasta los olores de aquel recuerdo, lo revivía una vez y otra y otra… en un ciclo infinito que no se detenía ni siquiera durante el sueño, momento en el que su inconsciente tomaba el relevo y se lo mostraba de nuevo, aderezado con imágenes y situaciones surrealistas pero inequívocamente inteligibles.
¿Cómo podía despedirlo?, ¿de qué forma desprenderse de él?
Hasta que aquello sucedió, era una persona feliz que se jactaba de los muchos y fieles amigos que tenía. Ahora cuando más los necesitaba fue a buscarlos y los encontró.
Visitó a Javier, al que encontró en su despacho atestado de libros en el Hospital Clínic apunto de irse hacia un nuevo congreso de Neurología en el que, de nuevo, sería la estrella invitada. Le preguntó la forma de olvidar:
- No existe un remedio científico para olvidar algo. Intenta reinterpretarlo, busca la versión de aquello que te sucedió que menos te duela; aquello que duele no se olvida jamás. Piensa en lo que dijo Nietzsche: "No hay hechos, sino sólo interpretaciones".

Le agradeció el consejo, incluso durante unos minutos llegó a pensar que sería capaz de conseguirlo, de encontrar esa interpretación que le llevaría al olvido. Pero no lo consiguió.
Días después fue a ver a Carlos, amigo de la infancia que desde hacía diez años trabajaba como psicoanalista en un modesto despacho en el centro de Barcelona. Recordaba como antes, cuando era capaz de disfrutar de una cena, unas copas y una agradable conversación, hacía bromas sobre su trabajo, recibiendo aquella sonrisa cómplice como respuesta que sólo las amistades sinceras son capaces de ejecutar.

- ¡Vaya! Creo conocer la mente humana profundamente, pero a lo largo de todos estos años mi trabajo ha sido siempre el de buscar recuerdos reprimidos, no el de eliminar aquellos que nos son conscientes. – bromeó - Con terapia, aunque sé que no crees en ella, podrás llegar a encontrar el por qué no puedes olvidarlo, cuando encuentres la causa seguirás recordándolo pero habrás conseguido evitar que te haga sufrir. Aunque ya sabes que es un proceso largo, tienes que ser paciente.

Le emocionó el consejo de su amigo pero no tenía tiempo, no podía seguir así durante años con la esperanza de encontrar la solución mágica. Necesitaba una solución y la necesitaba ya.
Su anciana madre, recostada en la cama desde hacía dos años de la que sólo se levantaba con titánicos esfuerzos para ir al baño intentando preservar su dignidad hasta el último suspiro, notó en seguida en la mirada de su hijo la tortura en la que vivía:

- ¡Aprende a sufrir! ¿Cómo crees que vas a poder engañar a tu propia mente?. ¡Es imposible!. Convive con éllo sea lo que sea, asúmelo. No permitas que el sufrimiento se vea ganador, eso le hace crecerse cada vez más. ¡Véncele!, ¡Ignóralo! - le gritaba con la mirada ya que su voz era apenas un hilo más de muerte que de vida.

La besó dulcemente en la frente; ella notó el significado y se hundió en una tristeza infinita.
Dos días después la pequeña Sara se levantó de su cama, sorprendida de que no la hubiera despertado aun su padre. Se fue al baño, como siempre acompañada por su osito Misha del que apenas se separaba desde que su madre desapareció (Volverá algún día, cielo – le mentía papá con voz temblorosa– Sólo ha tenido que irse por un tiempo .. sabes que te quiere ¿verdad?).
Al abrir la puerta vio a su padre tendido en la bañera con los brazos ensangrentados y en la cara un gesto medio de locura y medio de esperanza. Supo al instante que él también se había ido y que tampoco volvería. Recogió una nota del suelo que no entendió:
"Yo maté a mamá. Tengo que decir adiós a ese recuerdo. Necesito ir al río Leteo y beber de sus aguas para olvidar que ya estuve en el Infierno. Espero que cuando vuelva me hayas perdonado"
La pequeña Sara se sentó en el suelo, aquella incomprensible nota en una mano, Misha en la otra. Miró hacia la bañera sin pestañear durante horas, incapaz de gritar ni de llorar. Aquella imagen, aquel recuerdo, la torturaría hasta el día de su muerte.

Dante y Beatriz a orillas del Leteo (Cristóbal Rojas, 1889)

LETEO: Río del Hades cuyo nombre, como el de otros ríos infernales, deriva de algunas corrientes fluviales. Separaba el resto de los Infiernos de los Campos Elíseos. Las almas de los bienaventurados, allí destinadas, se sumergían en sus aguas para beber de ellas el olvido de los dolores humanos y llegar purificadas a su eterna morada.

domingo, 25 de septiembre de 2005

Frases y fragmentos ... (I)

... de lecturas más o menos recientes



Wilde Goethe
Bukowski EugenidesWelsh


"…apelando a la prudencia según ese libro de la cobardía cuyo autor se llama sentido común."
(El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde)

"La vejez no nos vuelve infantiles, como dicen, sino que nos encuentra todavía cual verdaderos niños".
(el Gracioso en el Preludio en el Teatro. Fausto, Goethe)

"(a Fausto que ha dejado de bailar)
MEFISTÓFELES: ¿Por qué dejas marchar a esa linda muchacha, que tan deliciosamente cantaba para incitarte a bailar?
FAUSTO: ¡Ah! En medio del canto , saltó de su boca un ratoncito colorado.
MEFISTÓFELES: ¡Vaya una razón! Eso no hay que tomarlo a pecho. Ya basta que el ratón no fuera gris. ¿Quién hace caso de ello en la hora propicia del amor?
FAUSTO: Luego vi …
MEFISTÓFELES: ¿Qué?
(…)
FAUSTO: ¡Qué delicia! ¡Qué tormento! No puedo sustraerme a su mirada. ¡Cuán singular es que adorne su hermoso cuello un solo cordoncito rojo no más ancho que el borde de una cuchilla!
MEFISTÓFELES: En efecto. También lo veo yo. Puede así llevar la cabeza bajo el brazo, pues se la cortó Perseo."

(Fausto, Goethe)

"- ¿Es usted el señor Chinaski?
Asentí con la cabeza.
- Llega usted con treinta minutos de retraso.
- Sí
- ¿Llegaría usted con treinta minutos de retraso a una boda o a un funeral?
- No
- ¿Por qué no? Si no le importa explicarnos …
- Bueno, si el funeral fuera el mío, tendría que ser puntual. Si la boda fuera la mía, sería mi funeral."

(La senda del perdedor, Charles Bukowski)

"Su mirada de pueblo, capaz de distinguir a primera vista árboles de arbustos, se ponía vidriosa ante la señalización del camino, las letras sin sentido del alfabeto latino arremolinándose unas con otras y las desgarradas vallas publicitarias mostrando rostros americanos con la piel a tiras, rostros sin ojos, sin boca, o sin nada aparte de la nariz. Cuando reconoció la franja diagonal de Gratiot, se levantó y , con voz resonante, gritó en inglés:
-¡Hijoputa!
No tenía idea de lo que significaba aquella palabra. Se la había oído a Surmelina, que la empleaba cuando el conductor se pasaba de la parada. Como de costumbre, surtió el efecto deseado. El conductor frenó rápidamente y los pasajeros se echaron presurosos a un lado para dejarla salir. Parecieron sorprendidos cuando les dio las gracias, sonriente."

(Middlesex, Jeffrey Eugenides)

" 'Spud, mira el gordo desgraciao. Hijoputa glotón. Yo no me creo toda esa mierda de que si es una cosa glandular o de metabolismo. No se ven gordos hijos de puta cuando echan secuencias de la tele sobre Etiopía. ¿Es que allí no tienen glándulas? Venga ya.' Spud se limita a responder a esta salida de tono con una sonrisa de fumao."
(Trainspotting, Irvine Welsh)

martes, 20 de septiembre de 2005

El joven Lovecraft

“El joven Lovecraft” es una tira cómica muy recomendable realizada por El Hombre Que Pía & Cisne Negro basada en la desconocida (hasta ahora) infancia y la juventud de H.P. Lovecraft (1890-1937)
Fresca, divertida, original y con unos personajes buenísimos (Big Joe el abusón; el Ojo de Rammenoth (y el propio Rammenoth claro); el Golem,…), incluso podemos disfrutar versiones de algunos clásicos como La isla del tesoro o Moby Dick con el “toque especial” del pequeño Lovecraft …
El único problema es que hay que esperar a los lunes a que salga la nueva tira … hasta que la presión de los fans les obligue a aumentar la producción ;-) .
Lo podéis ver en http://dreamers.com/lovecraft/



viernes, 16 de septiembre de 2005

Madame de Renal

"Cuando tenía 14 años me identificaba con Julien Sorel, cuanto tenía 20 amaba a Mathilde de la Mole; y cuando tuve 30 me dí cuenta que Madame de Renal fue una de las más maravillosas mujeres en la historia de la literatura."
Michael Dirda (crítico literario del Washington Post)

Blogeando el otro día fui a caer al excelente Apostillas y a un post acerca de personajes literarios en el que la autora hacía referencia a Rodion Romanovich (Crimen y Castigo) y al ínclito Dorian Gray. Pensé en mi personaje preferido y no tardó en venirme a la mente Madame de Renal, personaje que Stendhal (1783-1842) dio vida (nunca mejor dicho) en "El Rojo y el Negro" (1829). Es sin duda el personaje que más me ha fascinado; rica e inocente heredera que vive aburrida, casada a los 16 años con un respetable caballero alcalde de Verrieres. Para ella el amor es algo inmoral (influida por su confesor, el padre Chenal) o simplemente el tema de novelas de soñadores hasta que se encuentra de repente enamorada del atractivo y ambicioso joven tutor de sus hijos, Julien Sorel.









Alice Krieg hizo de Madame de Renal en la mini-serie para televisión Scarlet & Black (1993) con Ewan McGregor como Julien Sorel








Fragmento de El rojo y el negro (extraído de El Poder de la Palabra):

"Una o dos veces, durante aquella escena, la señora de Renal estuvo a punto de sentir algo de simpatía por la desgracia real de aquel hombre que, durante doce años, había sido su amigo. Pero las verdaderas pasiones son egoístas. Además, estaba esperando a cada instante que él le confesara haber recibido también una carta anónima el día anterior y aquella confesión no llegó.Faltaba para que la señora de Renal se sintiera completamente segura, conocer qué ideas habían podido sugerir al hombre de quien dependía su suerte. Porque, en provincias, los maridos son los dueños de la opinión. Un marido que se queja de haber sido engañado se cubre de ridículo, pero su mujer, si él no le da dinero, tendrá que trabajar de obrera a quince sueldos al día y eso, si tiene suerte, ya que las personas "decentes" sentirán escrúpulos y no querrían darle trabajo. Una odalisca, en el harén, tiene que amar al sultán a la fuerza; es todopoderoso y ella no puede quitarle su autoridad mediante toda una serie de pequeñas finezas. La venganza del amo es terrible, sangrienta, pero también militar y generosa: una puñalada acaba con todo. "

lunes, 12 de septiembre de 2005

Retratos de Dorian Gray



Oscar Wilde define originalmente a Dorian Gray como "… de una belleza extraordinaria, con sus labios escarlata y de finos trazos, los ojos francos y azules, el pelo rubio y rizado. Había algo en su rostro que inspiraba una inmediata confianza. Reunía todo el candor de la juventud unido a la ardiente pureza de todo joven. Hacía sentir que el mundo no lo había mancillado".
Y a su estado final (el de su alma antes de matarse) como "repugnante", "en los ojos expresión de astucia y en la boca el torcido gesto del hipócrita".
Todo un reto para los ilustradores que han querido plasmar las imágenes creadas por Wilde. Estos son sólo 3 excelentes ejemplos del retrato final de las innumerables versiones que se han hecho:

Ivan Albright

Stephen Alcorn


Stanislav Plutenko

miércoles, 7 de septiembre de 2005

Père Lachaise

François d´Aix de la Chaise (el padre Lachaise) fue un jesuita y confesor del rey Luis XIV al que le pertenecían los terrenos donde se encuentra el cementerio probablemente más famoso del mundo (por entonces en las afueras de París en una zona de poco valor).
Actualmente cuenta con una web espectacular que te permite hacer una visita virtual a la que sólo le falta un sonido de fondo de pisadas sobre gravilla para que la imaginación te deje casi físicamente entre sus 44 hectáreas y 5000 árboles.

Pocos lugares en el mundo existen donde se concentren tal cantidad de genios: Honoré de Balzac, Oscar Wilde, Edith Piaf, Apollinaire, Maria Callas, Jim Morrison (a quien, por cierto, el responsable del cementerio "echaría" de allí de buena gana), Marcel Proust, Frederic Chopin, Delacroix, Moliere, y un largo etcétera
Hoy por hoy es visita obligada para cualquiera de los millones de turistas que visitan París, así como el cementerio de Montmartre (donde descansan Edgar Degas, Alexandre Dumas o Emile Zola) .. qué tendrá París que hasta los cementerios son tan bellos.

Lista de la wikipedia de los cementerios más famosos del mundo.


La tumba de Oscar Wilde, inspirada en los toros alados asirios, se llena de besos grabados por sus admiradoras (y admiradores) … cuariosa paradoja para Wilde que antes de morir en París, de meningitis y en la miseria, había pasado dos años de trabajos forzados en la prisión de Reading por el "delito" de homosexualidad.

sábado, 3 de septiembre de 2005

Dos países de ciegos

"En el país de los ciegos el tuerto es el rey" es un refrán en el que se suele estar de acuerdo y que se confirma en obras como "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago y su personaje de la mujer del doctor que no habiendo perdido la vista hace de guía y líder al resto del grupo que vive "como si hubiera caído en un mar de leche". Sin embargo, convendría matizarlo y dejarlo en "En el país de los que perdieron la vista el tuerto es el rey". Lo demuestra el genial relato de H.G. Wells "El país de los ciegos". En este caso aquel que puede ver llega a un país de generaciones y generaciones de invidentes a los que éste les parece un loco y un peligro que les intenta hacer creer ideas perversas como la infinidad del universo o la belleza del cielo o de los colores; hasta el punto de querer "curarle":

-Esas protuberancias nocivas que él llama ojos y que en los seres perfectos sólo existen para ahondar una bella depresión en la cara, las tiene Núñez tan enfermas, que la dolencia le ha penetrado hasta los sesos. Reparad en que están enormemente distendidas, tienen una doble fila de pelos y además se abren y se mueven. No es preciso añadir más para demostraros cómo su cerebro ha de estar en un estado fluctuante entre la irritación y el idiotismo, sin parar nunca en el fiel de la sensatez.
-Claro -respondió Jacob. -Para curarlo es preciso intentar una operación a la vez sencilla y radical; hay que extirparle esos dos cuerpos excitantes.
-¿Y sanará?
-Seguramente; y haremos de él un modelo de ciudadano.


Saramago y los ojos ciegos "que viendo, no ven"